Sentidos


Recargada en el mismo poste que me sostiene por las mañanas miro a la gente llegar, se para a mi lado, me observa, yo también los analizo. Al mismo tiempo que intento sostenerme la música resuena y la vista la acompaña.
El camino es largo y mi mente es invadida por los efímeros pensamientos del ser, mi mirada se entrecruza con la suya, con la del otro y de un momento a otro siento que mis pensamientos son tan intensos que todos pueden escucharlos.
Yo me asusto quisiera apagar mi cerebro, de inmediato me doy cuenta que eso no puede ser, que es sólo una broma de mi mente y sigo el camino, los compases, la armonía de la música y mi cuerpo también lo siente.
Me balanceo de un lado a otro al ritmo de mi vehículo mañanero, me sube me baja, izquierda, derecha, me dejo llevar.
Las luces juegan con mi vista, tratan de engañarme, me seducen y yo juego su juego.
Al llegar me reconocen lo saben, saben que no dormí.

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