Entre el gritar y no correr




Quiero gritar y no puedo, tu boca ahoga mis gritos.
Quiero moverme y no puedo, tu cuerpo aprisiona mis piernas, mis músculos se tensan y ceden ante tus deseos.

Sólo puedo reír al no poder hacer nada para impedir que tus caricias tristes me acorralen hasta el lugar donde el silencio impera.

Me subes, me bajas, corro, te corres, me corro, corremos en medio de un sendero húmedo. El agua no para su curso, a ti parece no disgustarte y yo sigo luchando contra mis entrañas que no paran de quejarse.

Tú, lo dominas bien sabes como secar el sendero, hidratar mi cuerpo y hacer que mi pulso se paralice.

Todo pasa, las voces callan, el río se seca, mi muslo se incorpora. Y sólo nos queda la sonrisa y el buen sabor en la boca.

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