¿Vestida?

Como siempre al salir del trabajo me dispongo a caminar, a escuchar los ruidos de esta caótica ciudad. Cuadra por cuadra, observo a la gente que va caminando al igual que yo; los que van en sentido contrario, en el transporte público, en sus autos. Sólo los miro, me preguntó de dónde vedrán, a dónde irán, pero sin profundizar tanto, por que hay tanta gente en esta urbe que apenas doy un paso y las caras cambian.

Sin darme cuenta ya avancé varias calles, de pronto entro en una calle casi despoblada. Estoy pasando exactamente por un viejo cine abandonado, ahí camino más lento miro las bancas vacías, carteles gastados mismos que leo: una feria del libro del mes pasado, alguien vendiendo una sala en buenas condiciones, etcétera.

Continuo mi camino paso a paso, pues sé que ya casi llego. De pronto por ese lugar por donde casi nadie pasa, escucho a mis espaldas el ruido de unos tacones que caminan a prisa, casi instantáneamente mi mente se imagina a una mujer; vistiendo un traje sastre con el bolso del lado derecho y pensando que no llegará a tiempo y que si no fueran por esos incómodos zapatos podría ir más rápido. Pienso en sus problemas tal vez como madre que tiene que llegar por sus hijos, tal vez como una chica que tiene que llegar a ver a su novio. ¿A dónde irá? me pregunto, es viernes seguro con sus amigas a cualquier bar. ¡Qué sé yo! 

Los taconazos suenan cada vez más cerca y al mismo tiempo las imágenes e incógnitas en mi mente pasan más rápido: el modelo de sus zapatos, el color del bolso, peinado, a lo mejor es alguien que conozco, etcétera. Inesperadamente dirijo mi vista al lado izquierdo y cual es mi sorpresa al ver a un hombre de pelo cano, usando unas botas, vistiendo camisa azul, pantalón de mezclilla y en la mano una bolsa de plástico color blanco.

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